El remonte perdido del barbo

Todos los pescadores deportivos de lance, tanto los de salmónidos como los de ciprínidos (me incluyo en ambos grupos) llevamos bastante tiempo pendientes del cielo. Casi todos los bloggeros hemos compartido una entrada en común: la sequía y el estado de los ríos.

Si entre los dos grupos de pescadores hay que escoger, diría que los que pescan o pescamos barbos somos los que estamos, por ahora, más preocupados por la escasez de caudal debido a las fechas que se aproximan para la reproducción río arriba.

Esta mañana he ido con un amigo a ver los trabajos de limpieza que estaba realizando el Ayuntamiento de Palma del Río con la ayuda de Protección Civil y Cruz Roja en la ribera del Río Genil a su paso por Palma del Río (Córdoba), varios kilómetros antes de su desembocadura en el río grande de Andalucía, el Guadalquivir. El estado del río es deplorable, mucha suciedad en sus márgenes, agua turbia y cenagosa, mal olor y una escala para peces impracticable.

Observando, he podido ver en los aledaños del azud que retiene el agua, grandes ejemplares de barbos reproductores  junto a un muro de piedra, que entraban y salían de la corriente esperando el momento más oportuno para remontar e ir superando el desnivel. Una tarea imposible porque la compuerta que suelta el agua les imposibilita el paso. Otros en cambio, exhaustos, se mantenían casi inmóviles, dando suaves coletazos para evitar ser arrastrados por la corriente. 

La imagen siguiente corresponde al mismo lugar en época de lluvias.

Las obras hidráulicas y el periodo seco que estamos sufriendo este año hacen que el barbo no pueda reproducirse con garantías de éxito.

Y volviendo al título de la entrada... he aquí "el remonte perdido del barbo".